Durante la adolescencia estos tres pilares suelen ir por carriles separados. A veces los chicos exploran con la intimidad, cuando dan el primer beso a alguien, sin importar demasiado a quien. Otras veces integran la pasión. Pero el compromiso se va desarrollando hacia la adultez.Se comenta si hablaron, si la saludó o no, si se conectó o no, se cuentan las sensaciones cuando se cruzaron con el/la enamorado/a, etc.Puede suceder –es bastante común- que del primer amor los padres no se enteren, ya que forma parte del mundo propio del adolescente.Si se trata del primer amor, los papás deberían estar contentos de que su hijo tiene vida amorosa, que puede conectarse con nuevas sensaciones. No hay que olvidar que se trata de un amor adolescente. No cultivar expectativas de estabilidad ni de compromiso.
Es una experiencia que expone al padre a una de las primeras situaciones en las que se puede ver al hijo, contento o sufriendo, por algo que él no puede manejar. Si les va mal en el colegio los padres siempre tienen algo para hacer, estudiar con ellos, o conseguir un maestro, etc. Pero si el hijo sufre por amor, para los padres suele ser muy duro pero no tienen mucho para hacer, más que acompañar o sostener.
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